Errando entre Palabras

domingo, 2 de agosto de 2020

Confinados

Me toca atravesar este tiempo estando sola.

Lo que no tenía previsto es que iba a estar sola en un tiempo de cuerpos planos.

Veo gente plana.

Creo que estamos estampados sobre una pantalla y algo del gesto, de nuestro gesto, se pierde en la máquina de la edición.

Los diálogos, la mayoría de las veces escritos, también se aplanan afectados por la posibilidad de modelarlos antes de ser enviados.

Mi cuerpo sólo tiene dimensión aquí donde estoy sentada y para mí.

La verdad, espero que en algunas cosas la vida siga siendo plana; pero en otras, esta planicie se está tornando un poco temblorosa. 

¿Cómo seré cuando me llene otra vez de aire, cuando las miradas sean redondas y los diálogos arrugados?

¿Saldré volando como un globo hasta el cielo y más allá?

Extraño el río.

Hay lugares a los que no quiero volver, hay lugares a los que sí y hay otros que quiero experimentar.

Creo que seré más verde, más blanca, más silenciosa. Probablemente, todavía más parecida a un bicho bolita, pero de algo estoy segura: no voy a ser igual, tal vez sea peor y hasta más torpe.

Hace un tiempo extrañaba a todas las que fui, pero la que soy ahora, acá sentada, no plana, puede ser que en algún tiempo también la extrañe, porque me gusta un poco más.

Amigos planos, les mando un abrazo lleno de desniveles y besos montañosos.

 

 


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