Errando entre Palabras

sábado, 17 de octubre de 2020

Crecer




El día que se fue, le contó que cuando era pequeña, por las noches tenía miedo de soñar con fantasmas. Era tímida y prefirió no decir nada más sobre sus otros temores, porque igual se las había arreglado bastante bien para ser feliz.

De niña le gustaban las tardes de verano bajo el inmenso ciruelo morado, caminar por calles de tierra, mirar los altísimos pinos y hamarcarse durante horas. Dejarse invadir por el cielo azul y sentir el vientito de los árboles en su cara. Disfrutaba trepar los árboles; cazar bichitos de luz; cuidar vaquitas de San Antonio, para que le hicieran cosquillas; permanecer tardes enteras en el agua y ver a los sapos cuando salían de sus cuevas en los días de tormenta.

Un instante antes de que partiera, ella, que la había escuchado atentamente, le dijo, como en una película: "No regreses, no mires hacia atrás, que no te gane la nostalgia".

De todos modos, cada tanto aparecía sólo para soplarle la nariz, darle un beso cosquilludo en la frente o decirle algo al oído. 

Ella la abrazaba muy fuerte, la miraba,  y antes de que volviera a desaparecer le decía que siempre siempre siempre la iba a querer. 

Entre esos "siempres", no había ninguna coma.

#relatoscorto

#cecilialabate

4 comentarios:

  1. Qué lindo. Me encontré entre los pinos y los bichitos de luz.

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  2. Julio, que lindo que se haya sentido entre pinos y bichitos de luz. Muchas gracia!
    Un saludo!
    Cecilia

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  3. me gusta mucho, Ceci!!! en toda tu escritura hay magia y ternura! qué lindo!!!

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  4. Gracias Clau! Qué lindo que hayas estado por acá!!! Me alegra muchísimo.Gracias por tu apreciación!
    Nos vemos pronto! 😘😘

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