Errando entre Palabras

martes, 5 de octubre de 2021

Mi tarde libre


Fui a leer a un café que está muy cerca de mi casa, en una callecita arbolada y tranquila.

Até la perra a la silla.

Acomodé el libro. 

Saqué los anteojos. 

No encontré mi lapicera. 

No me gusta leer sin una lapicera. 

Pedí el café. 

La cucharita estaba sucia. 

Pedí otra. 

Un hombre paseaba a un perro enorme y Pancha lo atacó.

Escándalo.

Llegó la otra cucharita. 

No había edulcorante. 

Pedí. 

Me dio vergüenza decir que la nueva cucharita también estaba sucia.

Los saquitos de edulcorante estaban húmedos. 

La silla, de metal, incómoda.

La perra le ladraba a un bebé que gritaba detrás de mí.


Guardé los anteojos, pedí la cuenta, pagué, desaté a la perra y me fui a la plaza.


Busqué un banco. 

Até a la perra. 

Saqué los anteojos de leer.

Abrí el libro. 


Meatacaronmilesdemosquitosguardélosanteojosdesatéalaperravolvíacasa. 


Por suerte, la foto del libro de Lorrie Moore es muy preciosa.